Desde 1968, cuando la empresa se convirtió en el primer concesionario de la marca Citroën en Uruguay, el objetivo era prestar un “excelente servicio” a los clientes. Este enfoque en el cliente se ha mantenido a lo largo de los años. Con la incorporación de los hijos de los fundadores a principios de los 2000, han traído con ellos programas de fidelización, canales de comunicación más ágiles y servicios adicionales que mantienen y amplían año a año, con el auge de la tecnología y las nuevas expectativas de los consumidores y mejorar aún más la experiencia del cliente.
Se destaca que la empresa “sigue con la tradición de prestar un excelente servicio y de cuidar a nuestros clientes”. Esto manifiesta que el servicio al cliente ha sido un pilar constante en la identidad y valores de Concorde. A medida que la empresa creció y evolucionó, la atención al cliente se ha refinado y adaptado, manteniendo siempre su esencia de excelencia en el servicio de los consumidores a lo largo de las décadas, la cual permanece como un valor central de la compañía desde sus inicios hasta el día de hoy.